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22/12/2011
Cerca de una decena de niños corretean todos los días por el domicilio de la Canyada donde la congregación de Santa Ana cuida a pequeños que necesitan una ayuda especial. Desafortunadamente, muy pocos vuelven con sus padres biológicos, ya que en su mayoría requieren una atención muy especializada o porque sus familias no pueden hacerse cargo de ellos por encontrarse en situaciones delicadas o problemáticas.
Durante medio año, las hermanas de la congregación se vuelcan para sanearlos y atenderlos lo suficiente como para que puedan iniciar el proceso de preadopción o, en los casos más graves, derivarlos a centros especializados. Además de estos centros, y para facilitar un entorno estable donde se procure cariño, atención especializada y seguridad a estos pequeños, la Conselleria de Bienestar Social coordina también el acogimiento familiar, siempre que se constate la estabilidad física y emocional del niño. Después de 18 meses, para evitar facilitar la desvinculación del niño con la familia de acogida, pueden volver con su familia biológica o al centro especializado, prevaleciendo siempre el derecho del niño.
La realidad de estos niños es muy diferente y cada uno de ellos cuenta con un perfil concreto que debe ser atendido de forma personalizada. Y es que por el centro ya ha pasado más de un centenar con enfermedades graves como el SIDA, el autismo con ceguera, cáncer o síndrome de Down. Por esta razón, desde la institución paternera abogan por la escolarización especializada y la profesionalización del acogimiento, para tratar de normalizar la integración de estos niños y aumentar el número de familias que puedan atenderlos de la mejor manera posible.
Ubicado cerca de la Vallesa, el centro de la congregación de Santa Ana forma parte de la realidad social del barrio, lo que mantiene viva la colaboración desinteresada de voluntarios y vecinos mediante la donación de material, ropa o alimentos. Actualmente tiene cabida para 8 menores, que Conselleria se encarga de coordinar entre el resto de centros especializados de la Comunitat. Con una sala repleta de juguetes con los que avivar la imaginación de los pequeños, un tablón cubierto de fotos recuerda todos los días la gran labor que estas mujeres realizan día a día por los más necesitados.