Cuida tu cuerpo con una vida sana y equilibrada.
21/06/2011
El sol es una fuente de vitaminas muy beneficiosa para nuestra piel, pero una sobreexposición o no tomar las medidas necesarias, especialmente durante los primeros días, puede conllevar un envejecimiento prematuro de la piel además de riesgos perjudiciales para nuestra salud. Siguiendo unos sencillos pasos conseguiremos un bronceado uniforme y evitaremos riesgos innecesarios.
Antes de tomar el sol es importante realizarse un peeling con el fin de eliminar células muertas, además en cuanto a la cara, es importante llevar a cabo una buena limpieza facial para evitar las impurezas en la medida de lo posible.
Durante los primeros días deberemos tener más cuidado pues nuestra piel estará mucho más sensible tras un invierno protegida. Debemos adecuar nuestra piel de manera progresiva, así los primeros días será suficiente con veinte minutos y poco a poco podremos ir aumentando el tiempo de exposición. Lo mismo ocurre en cuanto a las cremas de protección solar, es importante empezar con una protección alta (lo mínimo recomendado por los expertos es de 40) e ir reduciendo poco a poco a medida que nuestra piel se vaya habituando. Además no se debe exponer la piel durante las horas del más sol, es conveniente aprovechar las primeras horas, entre las nueve de la mañana y las dos del mediodía y por la tarde a partir de las cinco. Por último recordar que hay que hidratarse bebiendo agua durante el tiempo que se esté al sol con el fin de evitar los golpes de calor.